Relax peruano antes del Festival

Hola a tod@s:

Aunque el tema de hoy no tenga que ver nada con nuestro festival favorito haré una excepción y, ante la petición de much@s de vosotr@s , os mostraré mi accidentado viaje al Machu Picchu, que ha sido una experiencia inolvidable. Recomiendo a todos una visita a este santuario peruano.

1. Se suele decir que "a quien madruga Dios le ayuda" aunque yo no estoy muy de acuerdo con ese dicho ya que nos pasamos el día 1 de mayo de ruta por aeropuertos. Contratamos un vuelo de Chiclayo a Lima para después enlazar con otro a Cusco - Cuzco para los gallegos - pero todo salió al revés. La neblina del aeropuerto de Lima provocó un retraso de más de siete horas. A las 5 de la madrugada estábamos en el aeropuerto de Chiclayo sin saber a qué hora saldríamos. Sofía dormía profundamente en brazos de su madre Michelle.

2. Dicen que LAN es una empresa de prestigio en Sudamérica pero nosotros no lo vemos así ya que el trato recibido en el aeropuerto de Lima no fue el más correcto. La improvisación, el cruce de acusaciones y el caos provocó que nos quedaramos un día entero en Lima. Nos tuvimos que pagar el hotel. LAN no se quiso hacer cargo. Eso sí, nos consiguieron reubicar en el vuelo a Cusco de primera hora de la madrugada del día 2 de mayo. Tuvimos que pelearlo mucho.

3. Una vez llegados a Cusco tomamos una furgoneta que, durante hora y media, nos llevó hasta la estación de ferrocarril que nos acercaría a Aguascalientes para después ascender a Machu Picchu. El paisaje desde el tren era espectacular. Recuerda a los Alpes europeos pero estamos en los Andes.

4. Éramos afortunados porque los 6 íbamos solos en el vagón. En la foto, mi compañero de trabajo Bernardo, su hija - la pequeña Sofía - y mi jefa Jovita. No es temporada alta en Perú para el turismo europeo y norteamericano.

5. Aguascalientes es un pueblo andino encajonado entre altas montañas y cuya calle mayor es la vía ferrea. El tren llegó al bucólico pueblo y podíamos tocar, desde el vagón, con las manos las mercancías de las tiendas y restaurantes. Parece un pueblo tirolés, ¿verdad?

6. Después de un accidentado viaje por carretera donde cualquier respeto a las señales básicas de circulación es mera coincidencia, hicimos otra hora y media en tren. Por último, un minibus nos subió a Machu Picchu por una pista sin asfaltar y con precipios peligrosos. Estaba a punto de cumplir uno de mis sueños.

7. Ni las fotos ni los documentales le hacen justicia a este recinto sagrado. En vivo y en directo impresiona ver esta ciudadela inca. Fue muy emocionante y sentí muchas cosas. Montañas, tranquilidad, verde, ambiente mágico, construcciones incas. Hay muchos paraísos y están en este mundo, no en otros.

8. La pequeña Sofía se ha convertido en nuestra niña mimada y nos alegra a todos la estancia en tierras peruanas. Es tan linda que todo el mundo la mira y habla por la calle. A los peruanos les llama la atención esos bucles dorados y su simpatía. Ella me llama "Nani" y a mí se me cae la baba al igual que a sus padres y compañeros de trabajo.

9. Una de las fuentes de época inca se encuentra entre las terrazas que servían para cultivos y se halla entre las dos zonas de la ciudadela y muy cercano a la plaza central del recinto.

10. Espectacular foto de las montañas que rodean al recinto sagrado. Mi compañero de trabajo Jose, Jovita y un servidor ante las imponentes moles calizas del entorno de Macchu Picchu.

11. La montaña del fondo no es Macchu Picchu, como erróneamente se cree, sino Waynapicchu. Es la foto más conocida de esta maravilla del mundo. La montaña conocida como Macchu Picchu es otra que no sale en la foto y situada frente a nosotros.

12. Al ver esta llama me vino a la cabeza la foto típica del Perú. Pues ahí la tenéis. ¡Qué emocionado estaba!. Los incas no sacrificaron personas sino llamas en sus altares de este recinto.

13. Los dominicos fueron de los primeros en instalarse en Cusco y levantaron su iglesia sobre los restos de un templo inca. En la fotografía estamos todo el grupo delante de ese recinto. ¡Qué mal lo pasé en Cusco! El mal de altura me lo hizo pasar fatal, con continuos mareos y dolor de cabeza, sequedad en la boca y sangrado de nariz. No fuí el único.

14. El Parque Arqueológico Nacional de Saqsaywaman atesora los vestigios de un recinto sagrado inca que servía como protección de la ciudad de Cusco, capital inca. Dicen que en el mundo hay dos focos mágicos: uno es el Tibet y el otro es éste. Muchas personas vienen hasta aquí para colocar sus manos sobre la piedra de esos muros y cargarse de energía positiva.

15. Cusco me recuerda, salvando las distancias, a Bilbao. Las dos ciudades están encajonadas entre montañas. La gran diferencia es la altitud puesto que Bilbao está a nivel de mar y Cusco a más de 3.200 metros de altitud.

16. El traje típico de la cusqueña junto a sus animales de supervivencia: las llamas y vicuñas. No es que yo sea alto, ni mucho menos. Aunque aquí me sentía alto y no sólo en altitud.

17. Una campesina está sentada junto a sus animales domésticos y, de paso, conseguir un ingreso extra de los curiosos turistas.

18. Otra de las construcciones de época inca que servía como lugar de descanso en los largos viajes. Cascadas de agua caían entre los muros que construyeron los habitantes de esta civilización. El equipo de trabajo al completo.

19. Es una lástima que no pudiera saborear todo lo que ofrece Cusco y sus alrededores ya que el mal de altura me lo hizo pasar bastante mal. Tuve que aplicarme oxígeno en el hotel, masticar coca y beber mate de coca. Ni con eso se me pasaba.

20. La plaza de armas de Cusco estaba engalanada de fiesta cuando llegamos. Su bandera es la arcoiris y colorida. La gente del Perú es excelente y nos trata muy bien. Ciudad colonial española uno puedo pensar que está en un pueblo del interior de España.

21. "Colgado de un sueño" en lo alto del cielo intento vivir. El mundo de lejos parece pequeño visto desde aquí. ¿Os suena? Bueno, no he podido evitar hacer un enlace eurovisivo. Los Andes a nuestros pies.

22. Cusco nada tiene que ver con Lima - en la foto - ni Chiclayo. La primera parece una ciudad europea. Las otras dos parecen ciudades en desarrollo y recuerdan un espacio después de un bombardeo. Todos los países en desarrollo tienen esa particularidad urbana. Lo pude ver antes en Egipto.

Pues ya he cumplido lo prometido y, en la próxima eurocrónica, volveremos a los contenidos festivaleros previos a la semana grande próxima.

Un abrazo a los lectores.